lunes, 18 de junio de 2012

No.

¿Cuántas veces al día piensas si esto vale la pena? ¿Cuántas veces deseas desaparecer y volver a empezar de cero? Te acuestas en la cama y tu cabeza no deja de dar vueltas. Te levantas por la mañana y lo único que haces es estar de pié, frente a la ventana, viendo la gente pasar, sin importarles que sorpresas les deparará el día. Piensas que tú quisieras ser como ellos, disfrutar cada momento, pero no puedes, son demasiadas cosas las que te invaden. Y de repente piensas que te lo mereces, te lo mereces por ser así, por pensar que alguien te comprendería, por pensar que alguien tendría interés por verte sonreír, por pensar que simplemente podrías ser importante para alguien. ¿Llorar? ¿Para qué? Si el único que puede ver tus lágrimas es el espejo. Tal vez el día que alguien te pregunte qué te pasa, seas tú la que decidas no contestar.