lunes, 16 de mayo de 2011


Son esos días en los que decides desaparecer, en los que no quieres otra cosa que estar en la cama, tirada, pensando en cuantas cosas hiciste, en cuantas no deberías haber hecho, en cuantas podrías mejorar y en cuantas estuvieron bien. Necesitas minutos, horas, días, semanas para asimilar lo que se te viene encima. Si decides soportarlo, sólo piensa en cuantas veces dijiste "no puedo", en cuantas veces alguien te dijo "sí puedes", en cuantas veces te animaste gracias a esas dos palabras, en cuantas veces te caíste y te volviste a levantar, pero también piensa que siempre hubo alguien ahí, para ver cómo te caías, para ver como fracasabas, para reírse de ti, para echarte en cara que era mejor que tú. Ahora que estás arriba, la miras sin decir nada más, porque es verdad eso que dicen: una mirada vale más que mil palabras.

martes, 10 de mayo de 2011

No es sólo respirar.


Y vuelves a decir adiós, aunque no lo sepas es el peor momento del día. Mediría cada palabra y la grabaría para escucharla una y otra vez si pudiera.
Pensaba que vivir era sólo respirar...pero no.

lunes, 9 de mayo de 2011

Feel the rain.

Uno de esos días en los que te levantas y dices: Hoy va a ser mi día, y pierdes el bus, se te rompe el pantalón, llueve a mares y no tienes paraguas, se te rompe la mochila y se te mojan los libros, el móvil no tiene batería, metes el pié en un charco y pisas una mierda de perro. Esos son los mejores días, porque después llegas a casa, dejas la mochila en el suelo, pones a cargar el móvil, limpias la mierda de perro y te quitas los zapatos, te quitas ese pantalón roto, te quitas la chaqueta, la camisa, te pones una toalla, te duchas, sales del baño, te secas, te vistes, te peinas, vuelves a tu habitación, te sientas en la cama, miras tu móvil y...un mensaje de él, y piensas que valió la pena.

CARPE DIEM.

Entonces comprendí que todo había terminado, que todo había sido un simple sueño del que no me quise despertar. La puerta estaba ahí, no la quise ver, pero estaba. Pasaban los días, detrás de esa ventana que tantas veces no vió reír, que tantas veces nos oyó discutir, que tantas cosas escuchó y guardó. Ahora, al lado de ella, pienso en todo eso, en todo lo que vivimos, en todo lo que ya no estará, pero lo recordaremos, y nos reiremos de ello en el futuro, lo sé. Ahora se echa de menos, pero dentro de nada estaremos riendo como si nada pasase, como si todo fuese a volver a ocurrir, pero con otra persona, otra persona que nos llenará de alegrías, de tristezas, pero sobre todo, de momentos inolvidables, como los nuestros. No diré algún día porque es algo incierto, diré quizás. Quizás nos volvamos a encontrar, quizás volvamos a sentirlo juntos, mientras tanto, lo haremos por separado, como si nada pasase. ¿Lo recuerdas?
Entonces miré ese papel que me diste, el que puse encima de la mesa sin pensar en lo que pudiera tener escrito, entonces me acordé. Lo leí. CARPE DIEM ponía.